La usabilidad es la facilidad que tiene el usuario para navegar por una web o aplicación y encontrar lo que busca. Seguro que te suena esta situación: entrar en una web y estar navegando por varias páginas sin encontrar la información que buscas, puede que después de varias vueltas lo encuentres o por el contrario, acabas frustrado y no volviendo más.
Esta situación es la que debemos evitar a toda costa. La usabilidad debe planificarse desde el comienzo de un proyecto web, es decir, debe ser determinante en el diseño y la arquitectura web. Empecemos por aclarar los objetivos web:
La creación de una web debe decidirse en función a un objetivo claro en la empresa. La web, tiene que estar orientada a unos objetivos de negocio, es decir, no desarrollaremos una web por el mero hecho de tener web, sino bajo un objetivo identificable, cuantificable y medible, ya sea aumentar ventas, mejorar el branding o conseguir contactos de nuevos clientes.
Por lo tanto, la determinación de objetivos es el primer paso para un correcto desarrollo posterior de la web.
En este paso debemos identificar el camino por el que el usuario debería navegar para acabar convirtiéndose en conversión; es decir, si lo que buscamos son contactos comerciales, debemos simplificar al máximo el camino que el usuario debe recorrer para llegar al formulario de contacto. Hay que "hacerle la vida fácil" al usuario, en suma de esto trata la usabilidad.
Para encauzar estos flujos de navegación, es muy recomendable diseñar con lapiz y papel o bien en formato digital, un boceto de cómo sería nuestra web: qué elementos tiene el menú, cómo vamos a colocar las diferentes secciones de la home, dónde se van a colocar los CTA (llamadas a la acción), etc.
Después, haremos una prueba de usabilidad muy sencilla. Se trata de pedir a una persona externa al proyecto que se imagine navegando por la web, usando los bocetos en papel le pediremos que nos explique en qué sitios haría clic. Evaluaremos si su hipotética navegación coincide con el flujo de navegación que hemos propuesto. Si la respuesta es afirmativa, vamos por buen camino; en caso contrario, revisa qué elementos pueden ser confusos e intenta simplificar al máximo el número de clics para llegar a la página de conversión.
Echa un vistazo a este vídeo práctico para ver cómo se hace un test de usabilidad:
Como ya hemos comentado, necesitamos facilitar en la medida de lo posible el acceso a los CTA, Call to Action en inglés o Llamadas a la acción en castellano. Vamos a profundizar más en este tema. Existen ciertos patrones para mejorar la navegación web y dirigirla a los CTA, aquí tendremos en cuenta:
Colocaremos los botones que contengan la llamada a la acción (suscribirse, contactar, comprar) en las zonas "calientes" de la página. Según la técnica de eyetracking, sabemos que los usuarios leemos en diagonal, de izquierda a derecha y de arriba hacia abajo, por lo que colocaremos los botones en la parte inferior derecha, después de la información imporante. Por ejemplo, en un ecommerce, colocaremos primero la información de producto y después el botón de compra.
Los botones serán visibles, con un tamaño suficiente, y tendrán colores resaltados. En ecommerce, los colores más usados que suscitan compra y acción son el verde y naranja.
Evita colocar los botones CTA demasiado abajo, así evitamos tener que hacer scroll en la página web para llegar hasta ellos.
Esperamos que este artículo haya sido enriquecedor para ti, si tienes alguna duda o quieres aportar más ideas al tema, ¡déjanos aquí abajo tu comentario!
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